Jujuy, el hermano menos famoso que me voló la cabeza

Voy a empezar diciendo algo, que parece obvio pero no lo es: Jujuy no es Salta. Te sorprendería la cantidad de gente que cree que las Salinas Grandes, el Cerro de los 7 Colores o la Quebrada de Humahuaca son en realidad salteños. Spoiler: No lo son. Y es hora de hacerle justicia a este destinazo.

Lo confirmé cuando me hospedé en un hostel en Salta y, charlando con otros viajeros, me di cuenta de que muchos ni siquiera sabían que Jujuy tiene aeropuerto propio. ¡UNA LOCURA! Para muchos, Jujuy es solo “ese lugar de paso” entre Salta y Bolivia, cuando en realidad es un destino en sí mismo que merece toda la atención.

Con mi novio fuimos 10 días a Jujuy, alquilamos auto, hicimos base en Tilcara (decisión acertadísima) y desde ahí salimos a explorar.

Primer error: Llegamos de noche. Oscuridad total, camino desconocido y con curvas, cerros enormes, animales cruzando la ruta. Hubo momentos de tensión. Si podés, llegá de día. Lo vas a disfrutar mucho más y los paisajes lo valen.

Segundo error: No cenamos y llovía a cántaros. Diciembre es época de lluvia, pero con una temperatura hermosa y cambios de sol a nubes rápidos. Después de marzo es la temporada seca (aunque hace muchísimo más calor) Cuestión, creimos que al llegar podíamos pedir delivery por Pedidos Ya. ¿Porteños QUIÉNES? Entre risas y cansancio, dejamos la tecnología para salir a la calle y encontrarnos con un localcito de empanadas, que era el único abierto y nos salvó. Asi que, comé o preveé esta situación antes (si llegas de noche)

Momentos inolvidables:

  • El día que casi lloro en las Salinas porque estaban inundadas. Después de más de 3 hs de manejar, con toda la expectativa, me encontré con que las Salinas estaban cubiertas de agua. Peeero después, como por arte de magia, salió el sol y quedó ese cielo espejo que ves en las fotos de Pinterest. Pudimos disfrutarlas a pleno igual.
  • Encontramos de casualidad un museo de fotografía escondido en Tilcara. Fue una experiencia hermosa, que merece más difusión. Te dejo la ubicación. Te recomiendo que te dejes llevar por las calles y dediques tiempos a andar sin mapas.
  • LA cabalgata a la Garganta del Diablo. Una experiencia hermosa, traumática y divertida que jamás olvidaré. Mi caballo era más terco que yo, me dolía hasta el alma porque el mísmísimo día me había hecho un masaje (crack total) y encima me empecé a sentir culpable, maltratadora de caballos porque el trayecto fue realmente largo y duro: 3 horas de cargarme. En venganza me dio varios sustos. Asi que si sos como yo, mejor anda en bici, caminando o en auto. El camino es alucinante, te perdes entre los cerros, estás literal en el medio de otro mundo.
  • Las yungas. ¿Por qué nadie habla de las yungas? Selva espesa, humedad que se te mete en la piel, paradas improvisadas con el auto para meternos en el monte. Jujuy es mucho más que desierto y los cerros de colores.
  • Las termas en medio de la selva. Llovía y ahí estábamos, metidos en agua caliente, mirando los cerros verdes y pensando “no quiero estar en ningún otro lugar”.

Lo que me pasó con Jujuy es que no te prepara para lo que es. Te lo venden como “hermano menor de Salta” y en realidad es un universo paralelo. En pocos minutos pasás de un salar blanco, a cerros colorados que te hacen alucinar que estás en Marte, a una selva tropical. Y entre medio, pueblitos mágicos donde las plazas no son solo un punto turístico: son el corazón de cada comunidad. Son puntos de encuentro reales, no atracciones turísticas. Jujuy es ese lugar donde te apunás en el Hornocal, te emocionás en Purmamarca, te reís de vos mismo en una cabalgata y terminás el día al costado de un río tomando mate, acompañado de las mejores tortillas rellenas de tu vida.

Así que, si estás planeando recorrer el norte argentino, te recomiendo que no veas Jujuy como un simple anexo de Salta, sino como un destino imperdible por derecho propio. No te vas a arrepentir. Además ahorras dinero y tiempo, porque los tour que salen de Salta recorren un largo trayecto y cuestan más plata que lo que gastarías en Jujuy en transporte público, alquilando un auto o con un tour autóctono.

Si está en tus posibilidades, reservá tiempo para cada uno haciendo base en el destino que vas a visitar. Generalmente es más rentable y tenes más posibilidades de conocer lugares fuera del circuito turístico convencional.

Jujuy es una historia en sí misma. No lo pases por arriba. Dale tiempo. Andá sin apuro. Te prometo que te va a sorprender y vas a querer volver, una y mil veces.

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